los niños, son de agua.
Los niños son de ríos.
Los pies, llegaron ardiendo, tras el largo camino desde el pueblo.
Llegó la piel, ansiosa, entre sudores brillantes.
Era verano, y no existía nada más que el río.
Pasaron las aguas, secáronse sus pieles...
Los niños, son de ríos.
Los adultos, procuran estar siempre secos.
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