martes, 26 de marzo de 2013

su cuello se dobla, cae dibujando círculos su cabeza, girando en el eje único.
le pesa, ella sabe que aquel pequeño globo de helio está pesando cada segundo más y más.
porque los miedos, pesan más que los sueños, por todos es sabido que un miedo te agarra al suelo, mientras que un sueño te hace flotar.
En una especie de trueque involuntario, había ido cambiando sus sueños por miedos, de tal suerte que, de los sueños que habitaban en su cabeza sólo quedan trocitos de sombra de lo que había deseado ser.
Y era un gran reino de los miedos su pequeña cabeza, girando y girando en la órbita circular.
La vida da vueltas, sí sí, también, aunque en sentido contrario al de su cuello, y quiso el destino y las coincidencias que la felicidad la tocara, suavemente para no asustarla.
Tampoco creáis que esta historia lleva a ningún lado, ni esperéis una moraleja aclaratoria de nada.
Sólo decir que la felicidad se le atragantó. Entró en su cabeza (como era costumbre en ella comía sentimientos y sensaciones por la cabeza) para ser digerida, todos los miedos la recibieron como es costumbre entre ellos:
-¿estás segura de que tú eres la felicidad?
-pues yo no te veo más feliz que yo.
-¿y de dónde sales?
-y eso....¿eso es para estar feliz?
Sin ninguna mala intención, los miedos interrogaron a la recién llegada...
Ella tenía claro su destino, lanzarse por el tobogán de la garganta hasta el corazón.... pero no tuvo en cuenta los dibujos en círculo de la cabeza giratoria... se atragantó la felicidad a la altura de la boca.
y en el primer suspiro, desapareció.

sábado, 23 de marzo de 2013

el día en el que el cielo lloró,
te lloró...
soy yo quien llora hoy, bajo el sol

galopan las lágrimas en el más hondo estómago de la tierra
mientras, mis manos acarician tu ropa, puesta en mi cuerpo ahora.
creyendo que pudieras estar ahí, en la misma urdimbre,
tejida tu presencia, arropando mi  cuerpo.
te guardo, entre amores, donde me guardabas.

cerrando los ojos, veo tu piel y tacto.
cerrando los ojos alcanzo el olor de los recuerdos, siento el frío de la penumbra de las primeras veces que te vi, el sabor del pan y el arroz, la risa del juego y la cama junto a ti.
siento tu cuerpo abrazándome, y yo tan pequeña.
camina el recuerdo serpenteando en la memoria, en tus cabellos blancos.
yo tan grande abrazándote, pequeña.
que vengan los sueños a devolverme al lugar,
lejos de cipreses y gente.

secan las lágrimas de alcohol de romero




miércoles, 20 de marzo de 2013

espacios
espacios que se recorren con la rapidez del hambre
que despacio  los ves pasar por tu recuerdo, convertidos ya en cápsulas.
espacios que rellenar con movimientos innecesarios, que provienen de pensamientos que  no crees tuyos, de una voz que te habla dentro de ti.
de espacios vive una: en el que vivo, en el recuerdo de la memoria, temporal, para aparcar mi bicicleta sin que me multen.
espacio el que consumimos al acercarnos.
el que recorre mis manos por tu espalda y cuello.
espacio que dibujo con los ojos atados al lápizpincel.
espacio que grito haciéndome boicot a mí misma.
espacio abierto delimitando al cerrado, cerrándose entre espacios cerrados, no quedaría ni uno abierto.
¿abierto adónde?
no hay espacio que no lo sea.
despacio
y ver que somos, al final de todo, nuestro propio castigo

jueves, 14 de marzo de 2013

no puedo negar que me estalla la boca,
 que me vuelvo un nudo
que el tiempo se vuelve en mi contra, egocéntricamente temporal.
no voy a negar que te niegue
que te aleje,
te borre,
te cubra de arena y construya un castillo.
no negaré que mi piel es fría
y que me he acostumbrado a ella.
puedo, sin hacerlo, lanzarme,
dejarme caer
puedo cerrar los ojos, soñando que vivo este sueño
puedo despertarme de él y seguir aquí.
puedo jugar a jugar un juego sin reglas,
cansarme, tocar "mare",
puedo salir volando, porque vuelo,
puedo poder dejar de no poder
pudiendo haber podido desde el principio
sin vuelta a empezar

miércoles, 6 de marzo de 2013

cerrando los ojos, intenta juntar la arcilla suficiente para formar su rostro,
sin encontrar la forma exacta que definía sus facciones.
Y amasando con los dedos aquel volumen reconoció que no existía,
que la imagen de su mente se le escurría, borrosa, indefinida.
Había visto su cara tantas veces de lejos que sería capaz de reconocer su expresión.
Había intuido sus ojos, su piel, tan de cerca, que el conjunto carecía de sentido hasta el punto de no reconocer
muy bien si era esa misma persona.
Absorta y llena de barro sintió que la forma exacta no era posible.
Descubrió que la forma perfecta pasaba por nombrarlo, sentirlo, soñarlo... siendo esto suficiente para que su cuerpo se hiciera a la forma, para que su piel se estremeciera, sus labios se humedecieran.
Que ninguna imagen era válida más allá de la de su mente y su sentir.
Y el barro, se secó hasta resquebrajarse, cayendo en pequeños bloques que más tarde eran pisados hasta convertirse en arena.

martes, 5 de marzo de 2013

los recuerdos me recuerdan a una aguada
derramándose dentro de mí.

Empezando en el agujero negro de mi mente,
colándose en ocasiones por mis ojos, para que quien esté a mi lado pueda ver el reflejo de estos en cada gota.
Bajan por mi garganta, secándola de agua, en torrente, en cascada hacia mi tronco.
Disgregándose por mi brazos, hasta erizarme la piel de frío.
Balbucean en el centro del corazón, para que la bomba los estampe contra cada cm.
Se acumulan en mi estomago, en remolino, alborotando mi ser,
cayendo en picado hacia los pies, con rebote que encoge las extremidades sobre mí misma,
ovillo de lana húmeda de recuerdos.

Los recuerdos, me recuerdan.
Aguadas