miércoles, 10 de junio de 2009

debo admitir que sí que tuvo algo que ver....aquella cucaracha en el suelo se me quedó toda la noche en el pensamiento...menso Kafka y más cafké.

No entendía muy bien la situación, el caso era que un extraño inquilino rondaba por mi barrio, desconocido para mi...vigilante, por las calles que yo andaba, el iba y venía. Nuestras miradas se cruzaban y mi cuerpo se estremecía.
Una mañana, ahí estaba él, en la pequeña habitación de invitados a los que nunca invitamos...allí estaba , sentado, con una parsimonia irritable.
Pregunté que qué hacía allí...debía vivir con nosotros, me dijeron. No había más.
No entiendo el por qué, pero el caso es que me acerqué a su silla y le dije, que sepas que no es personal...pero no te quiero aquí. Todo se aceleró...pese a estar los dos en el sitio, el espacio empezó a moverse rápidamente arrancándole la piel...
Apareció una especie de muñeca de trapo, horrible como las que nunca conseguí dibujar. Y con voz estridente me dijo: soy la cucaracha que masteis....ahora te toca a ti serlo....

sigo midiendo 1,75, siendo "blanca" y por ahora no me arrastro por el suelo más de lo necesario, ni menos que habitualmente....

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