domingo, 17 de mayo de 2009

en la estancia, oscura, abandonada, solo habitaba una presencia.
ningún objeto allí, dejado azarosamente, recuerda la última vez que fue servido y servidor de sus manos.
en el lado derecho, sobre una mesita cargada de polvo de añicos, desafiaba un pequeño flexo con quebrar la feroz noche.
Y era por él que nadie sospechaba nada. Fue por su luz por lo qu enadie sospechaba nada al pasar por la calle. Creyeron que era una racha, el fervor ciego de quien escribe por inspiración, de quien no quiere dejar de verter letrasm, aquellas que brotan en su pecho, antes de que cesen de fluir.
Fue por eso por lo que nadie descubrió nunca su cadaver

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