miércoles, 23 de diciembre de 2009

gracias por el tiempo que no me dedicas desde que te conozco.
gracias por mis palabras que no reciben tus oídos.
gracias, por tantas letras tuertas de tu espeluznante boca, saco de mentiras
gracias por tu voz de despedida de tristeza falsa siempre en camisa de once baras.
gracias por el ir y venir de boca en boca por no faltar oxígeno.
gracias por los gusanos de seda, que tejen mi soga cuando te pienso
gracias por la evidencia del bien y del mal de tu criterio.
gracias por poder decirlo sin nombre alguno a este silencio, tan tuyo como no mío.
y gracias por mis horas suicidadas en tu nombre buscando la escasez de tu abrigo

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