lágrimas mezcladas con saliva, filtraban aquella mirada perdida en el presente.
su mano descifró aquel rostro, palpó el jadeo, púrpura.
todo lo respirado era tangible, al tiempo que se desvanecía para no volver.
escribió en su piel, con tinta invisible.
se amaban, envueltos en sábanas con luz.
enrerados entre sus miembros
compartieron respiraciones.
era media tarde.
pronto, llegó la luz del día.
y las luces altas, borraron todas sus huellas.
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