viernes, 17 de julio de 2009

triste se presentaba el día en el que el calor, ya amenazante, dejaba su surco en mi piel.
la luz, aún retozaba con la noche y mis pasos me dirigían a la habitación ambulante, el atobus 90, circular ronda tránsitos.
siempre todos tenemos habituales preferencias....yo suelo buscar el reposo del final de todo, el culo del gusano...
me puse los cascos, música ténue para iniciar mi lectura de trayectos pero alcé la vista, suelo notar ciertas presencias y...allí llegó él.
andaba sin pisar el suelo, mirando su billete, como buscando su localidad. se sentó enfrente de mi.
su voz era bella, grave, pero entraba a los oídos con unas pausas dulces, unas pausas que rozaban el delirio y el sueño. su rostro manchado por el pelo creciente, ocultaba unos ojos que lo palban todo, oscuros, inexcrutables. Su aspecto era el de un joven de unos treinta años, más bien delgado, vestía unos jeans y una camisa de cuadros azules.
-¿ qué tiene taaa...tua..do en el hombro dere...cho?
-una guitarra-responió amablemente un hombre sudamericano.
-¿y por qué?, ¿tiene algún significado para usted....esa... guitarra, tatuada en ...su hombro...derecho?
-soy guitarrista.
-señor, que sepa que está sentado junto a un guitarrista-le mencionó a un tercero pasajero.- ¿es usted erudito, está usted calificado para tocar...algún instrumento musical...?
-no.-respondió este tercero.
-¿y que género...musi..cal toca? jazz, blues....
-toco boleros.-respondió el primero.
-boleros...los buenos boleros se tocan con...mucho sentimiento.....me llamo Pablo.
-encantado-respondió el guitarrista de boleros.
-de verdad estás encantado de conocerme...¿por qué te dejas pelo crecer...en la cara...pelo debajo de la nariz...eso que llaman bigote.
no podía evitar el violarlo, del mismo modo que el violaba a quienes le rodeabamos...en ese instante me pareció sublime.
Su conversación, más bien su monólogo del cual nos hacía partícipes, ya que eramos su tema, fue interrumpido por la llegada de una mujer:
-te llamas margarita? ¿te llamas amapola? ¿margarita? ¿rosa?¿violeta?, tienes ...nombre de flor....-la muchacha bosteza....-¿te llamas bostezo quizá?
-Elisabeth, me llamo Elisabeth.
-Encantado, Elisabeth.....que nombre más bello, que suerte tienes...que nombre más bello...

De repente, su mirada se dirigió a mi. No voy a negar que ansiaba el hablar con él...
-Tú ....haces que lees mientras no miras nada en esas páginas, no estás entendiendo nada...porque estás escuchando.
-Sí. -respondí con la sonrisa del niño travieso al que le han pillado por sorpresa.
-Haces como que lees, pero eres incapaz de entender ni una palabra ....
Sorprendentemente, daba la casualidad de que sí, el libro que tenía entre manos exigía de mi algo que ahora no tengo...un presente consciente...este momento era una excepción.
-Me llamo Pablo, encantado...
-Yo Marieta.
Estrechó mi mano con la intención de no soltarla. Con mi otra mano, aparté la suya de la mía.
Un bache hizo que poco a poco, muy lentamente cayera, recostándose en los dos asientos.

Llegó una tercera mujer que, por lo visto, no sabía que justo en ese bus, justo a su lado, se encontraba la persona más interesante que podía viajar en cualquier autobús de esta ciudad.
Pablo hablaba de la luz, la sentía en la piel...señalaba cuando pasaba una moto, una gasolinera...estaba en todos lados, tan quieto, tan neutro, tan complacido...

-Señora, buenos días, soy Pablo.
Ella, tensa, agarrándose a sí mismano respondía nate su insistencia. Intenté persuadirle diciéndole que igual ella no quería hablar con él.
Entonces ella dijo:
-Puedes dejarnos, estamos escuchando las noticias.
-Señora, disculpe, no le iba a hacer nada, pero por usted, nadie más está escuchando las noticias...-empezó a gemir, una mezcla de gozo y dolor...y comenzó a hablar de muertes en Kafagistán, de muertes en Sudán...y de la verdad ...que no hacemos nada por evitarlo....
Pasó esto...mientras él seguía comentando ...a un señor, le deseó un buen día...tan bueno que no iba a necesitar las gafas de vista que llevaba sobre la cabeza para ver lo maravilloso que sería su día....
poco después, tuve que bajar del bus...aún pensando en todas las verdades que ese"lunático2 había arrojado sobre el sobre hermético en el que viajamos cada día...

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