un puente de puenting en el que las tintas acuosas corrían más que el aire. mi cabeza parecía levitar en este frío tan húmedo, y el agua, se condensaba en mi cerebro, fluyendo imágenes con té chai...
un puente de andares herrantes, a veces sin moverme del sitio, de una calmada calma que ni yo mismo entiendo... juegos de lápices por dedos, de fantasías por realidad en la soledad rota por mi gran compañía...
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