miércoles, 4 de enero de 2012

paralelamente opuestos
se veían.
paralelamente simétricos, en oposición.
ella sobre la cama, boca arriba, con el techo por cielo;
él, boca arriba del suelo, con el mundo de ella a sus espaldas.

Y en los suspiros profundos, ascendían y descendían,
fusionándose a penas un instante en el centro del colchón,
en el centro de toda su materia,
para pasar al otro lado, no del espejo.

Y así, pasaron las horas.

El despertador, los trajo de golpe a los dos,
cada uno, sólo.

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