A veces, la vida te da regalos, suele ser cuando una anda atenta a lo que tiene alrededor. No sé que hice yo para merecer esta mirada, tan lejos de todo y de todos.
Ella me miraba como yo la miraba a ella, sólo que siendo este pequeño ser más lindo que ninguno.
Esos pequeños lagos negros, a punto de derretir en cada pestañeo y derritiendo a quien le miraba.
Linda, muy linda.
Copacabana. Bolivia.
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